Witold recién termina sus exámenes de derecho, y Fuchs ha dejado su trabajo. Ambos llegan como huéspedes a una residencia atendida por una disfuncional familia. Contrario al esparcimiento que esperaban, sus días de vacaciones se convertirán en un intenso y delirante carrusel de emociones alteradas por extraños sucesos que empiezan a suceder. Adaptación libre de la novela homónima de Witold Gombrowicz, en clave de intriga policial y comedia del absurdo.
Producida por Paulo Branco y rodada en Portugal, COSMOS es una adaptación libre de la
novela homónima de Witold Gombrowicz, que parte como una intriga policial donde se da
seguimiento a una serie de pistas, muchas de ellas irrelevantes, que permiten establecer
correspondencias y oposiciones entre las mujeres, bocas, animales, sueños, o situaciones.
El hallazgo de un gorrión colgado de un árbol es la pista que lleva al escritor joven y su
amigo (gran pareja cómica a la manera de los personajes de Beckett), quienes llegan a una
casa de clase media “burguesa” como inquilinos, a ahondar en esta investigación
motivadora y pasional.
Zulawski, director entre otras de “Posesión”, “Mis noches son más bellas que tus días y “La
fidelidad”, estas últimas protagonizadas por Sophie Marceau, es un cineasta reconocido
por dramas tormentosos de cariz freudianos o épicas en tiempos de oscurantismo. En
COSMOS mantiene el espíritu de la novela de Gombrowicz, y libera una clara influencia del
humor a lo Samuel Beckett o Eugene Ionesco, dotando a la historia de una intención que
la hace ir más allá de lo grotesco, ahondando en las posibilidades de puesta en escena y
narración para construir una idea de realidad.
La forma del relato es constantemente corrompida, sobrepasada, subvertida, propiciando
este nuevo cosmos, devenido en caos y libertad. La casa, habitada por una doméstica
vestida de monja y de labio extraño, por una hija maniática y enajenada, por una madre
absorbente y gritona, por un padre vivaz y sibarita, y un novio casi invisible, es el espacio donde se forma una analogía de un mundo excesivo, gobernado por el sin sentido.
Zulawski mantiene esta histeria inherente a su cine, en ese desborde de sentimientos y
pasiones, en esa expresividad de los gestos de ira, extrañeza o frustración, pero desde lo
cómico y burlesco, desde la exageración y lo teatral.