Vic acaba de salir de la cárcel. Decide retirarse a una vieja propiedad familiar cerca de un bosque tranquilo. A los pocos días, Flo, su antigua amante, llega a visitarla. Es más joven y no del todo lesbiana, pues cada tanto se acuesta con hombres en la cantina local. Vic teme que algún día Flo la deje para siempre. A esa prisión al aire libre no llegan visitantes, excepto Guillaume, el oficial que debe corroborar los “progresos” de Vic, y una mujer de semblante amable que pronto resulta ser una sombra del pasado. La nueva vida de Vic y Flo juntas se ve en peligro, e incluso el bosque parece esconder trampas traicioneras.
«¿Vivimos en un mundo que ataca sistemáticamente a la felicidad? Esa es una de las rudas preguntas que surgen a la mitad de esa película, cuando se nos muestra a estas dos mujeres llevadas al extremo enmarcadas por el azul de acuario lleno de peces grises».
– Erick Estrada: Cinegarage
«Côté crea en Vic y Flo vieron un oso un drama impresionista cuyo significado es claro en los temas del envejecimiento y la soledad, pero ante la incapacidad de explicar la muerte, se mantiene hermético y visionario. Côté no propicia que la cinta se abra por su cuenta; es un ejercicio de participación donde las preguntas de la audiencia sostienen el diálogo y el asombro lo frustra, pero nos mantiene en un éxtasis onírico».
– Alonso Día de la Vega: Excelsior
Côté es maestro de las compocisiones fuertes, de retratos, y pequeños e inteligente decorados y su experimentos con el documental parecen haber agudizado su profunda visión. «Vic + Flo» es un cine peculiar a lo largo y a lo ancho, un amor finito presentando como película de terror y decididamente como una historia de amor físico».
– Ray Pride: New City Film